“Lo que más le he aprendido a Gaultier es su fortaleza mental y física”

Hablamos con Juan Camilo Vargas, tal vez el jugador colombiano con mayor proyección en el circuito mundial de la Asociación de Jugadores Profesionales de Squash (PSA). En el puesto 76 del ranking mundial, hoy entrena en la Republica Checa con la pareja de franceses Gregory Gaultier, campeón mundial en 2015, y Joan Lezaud, exdirector técnico de la selección de Guatemala, esto con un objetivo que es el mismo que se trazó desde que era un niño: ser uno de los mejores del mundo.

Por: Juan Pablo Prada y Javier Silva Herrera

Siempre se ha considerado un atleta que disfruta la competencia, que ama ganar y situarse entre los mejores. Cuando recién comenzó a jugar squash, antes de los 10 años, e inspirado en Andrés, su hermano mayor, Juan Camilo Vargas lloraba sin parar o agarraba a golpes su raqueta para desquitarse de cualquier derrota

Pero él mismo explica que en algún momento de su crecimiento como deportista, supo transformar ese odio a perder en pura energía positiva para impulsar sus triunfos.

Se formó en el club Pueblo Viejo, en Cota (Cundinamarca). Y con la cabeza más fría y con sus emociones bajo control, fue campeón sub 13 del Canadian Junior Open y tercero en el US Open Junior, en la misma categoría. Representó a Colombia en muchos suramericanos y, luego de cumplir los 18 años, logró una beca como jugador de squash en la Universidad Trinity College, en Estados Unidos, donde estudió Antropología y Relaciones Internacionales, esto como un paso anterior a la decisión que cambiaría su destino más próximo: ser jugador profesional.

Luego de graduarse, decidió competir y dictar clases en clubes cercanos a Nueva York, rutina que lo llevó al top 100. Pero se dio cuenta de que para ir más lejos debía abandonar su oficio de instructor y dedicarse de lleno a jugar. Fue allí cuando decidió viajar a Europa, donde se encontró con la oportunidad de entrenar en el Club Strahov, situado en la República Checa, dirigido por el excampeón mundial Gregory Gaultier, proceso que lo ha llevado al puesto 76 del escalafón mundial.

Hablamos con Vargas el pasado 20 de julio. Desde su sitio de habitación en Praga, y vestido con la camiseta de la Selección Colombia, nos contó más detalles de esta carrera que lo ubica como el colombiano con mayor proyección en el circuito de la Asociación de Jugadores Profesionales de Squash (PSA).

Usted ya es el número 76 del ranking de la PSA. ¿Cuál es su meta más próxima en el circuito PSA?

Todos tenemos la incertidumbre de saber cómo volverán todos los jugadores a raíz del Covid 19. En plena pandemia sigo con mis entrenamientos para estar listo cuando se reinicie la competencia.Por ahora, espero seguir aprendiendo y mejorando mi clasificación en el ranking PSA. Además, continuar mi participación en las ligas europeas que me ayudan a generar ingresos y a mejorar mi nivel de juego. En torneos como estos he tenido la  oportunidad de jugar con Joel Makin, en Países Bajos, y entrenar con Paul Coll.

A propósito, ¿cómo se organizan las ligas de squash europeas?

Cada país tiene su liga de squash, con su respectiva estructura de juego. A uno lo invitan a integrar un equipo, el cual debe competir con otros hasta buscar un campeón y en torneos que duran entre uno y tres días. En Italia se juega en equipos de cuatro jugadores (dos hombres y dos mujeres). En Alemania son de cuatro hombres. También se juega en Francia o en Países Bajos. Cuando eres top cien es fácil conseguir un equipo. Y esto te ofrece muchas ventajas, porque aparte de que te pagan, te fogueas con jugadores de alto nivel.

¿Cuál es la proyección del squash post pandemia en Europa?

Aquí en Republica Checa estamos entrenando desde hace un mes; al comienzo con muchas precauciones, como jugar con tapabocas, no limpiarnos las manos en las paredes o desinfectar los equipos. Pero en la medida que en esta ciudad y en el país han bajado los contagios, hemos ido poco a poco volviendo a la normalidad. La gente en este país es muy disciplinada.

¿Por qué escogió la Republica Checa como sitio de entrenamiento?

Evalué Barcelona (España), Praga (República Checa) e Inglaterra. Finalmente me decidí por la segunda por los costos y por los estilos de juego. Praga es más económica para vivir que Barcelona, y no me gustaba Inglaterra por el estilo de juego. Además, en Praga, en el Club Strahov, donde juego, tenía la opción de entrenar con Gregory Gaultier y esta era una oportunidad única. La esposa de Gaultier es de República Checa y por eso él vive aquí.

¿Cuál es su rutina de entrenamiento?

La rutina me la diseñan Joan Lezaud  y Gregory Gaultier. Normalmente hago dos horas y media de preparación física en la mañana, como bicicleta, gimnasio, entre otras cosas. Y en la tarde tengo una hora de squash intenso, de lunes a viernes. Los sábados en la mañana descanso o hago yoga, o también puedo hacer otras actividades físicas.  

¿Qué es lo que más le ha aprendido a Gaultier?

Su fortaleza mental y su disciplina. El cree mucho en sí mismo y esa tenacidad la respalda con un gran trabajo en la cancha.

Como colombiano es imposible no tener a Miguel Ángel Rodríguez como un referente. ¿Qué es lo que más le admira?

Su profesionalismo y su disciplina. Miguel Ángel siempre resalta la repercusión que tiene seguir buena dieta, cuidar el cuerpo y la importancia del descanso; dormir bien, evitar fiestas o trasnochar, todo esto si uno quiere recuperarse y afrontar el esfuerzo. Son sacrificios que debemos hacer sin ninguna duda.          

¿Qué piensa sobre la preparación psicológica de los deportistas? ¿La tiene en cuenta?

En el club hay un psicólogo. Lo he consultado en momentos de crisis, como cuando pierdo esa clase de partidos que uno da como triunfos seguros. Y a veces lo busco entre torneo y torneo, para hablar de lo que pasó y en lo que puedo mejorar.

Usted  siguió el camino de varios jugadores del circuito PSA, como Ali Farag o Tarek Momen, que hicieron su ciclo universitario y después entraron al Tour PSA. ¿Esta es la mejor alternativa para los nuevos jugadores que aspiran a llegar al circuito profesional?

No hay un único camino que sea el más seguro o el más correcto. La experiencia de ir a la universidad es muy enriquecedora y en mi caso pude mezclar el estudio con el squash del circuito universitario de los Estados Unidos. Fue mi decisión y no la cambiaria, pero puede haber otras alternativas. Por ejemplo, hay jugadores que desde juveniles muestran un talento excepcional, como Diego Elías, y pueden saltar de juveniles al circuito PSA.

Dentro de las escuelas de squash, como la  inglesa con su juego de precisión y en la que se espera la oportunidad de un ‘winner’; o el squash físico, en que se desgasta al rival con presión y ataque, ¿con cuál se identifica más?

No me gusta mucho el estilo inglés de bolas largas y muchas paralelas, porque prefiero el juego de ataque, con deceptions o nicks. Me gusta divertirme en la cancha y dar espectáculo. Y prefiero el desplazamiento francés, porque es más eficiente, así sea más exigente físicamente. 

Últimamente se ha consolidado una nueva generación de jugadores muy altos, de más de 1.90 metros, como  Declan James, Mostafa Asal o Adrian Waller.  ¿Cómo ha sido para usted, que mide 1.74  metros, enfrentar a jugadores como ellos?

Es difícil, ya que las bolas paralelas y cruzadas deben ser muy precisas, de lo contrario ellos las alcanzan y las rematan de bolea y hasta allí llegas. Busco contrarrestar la forma en que cierran la cancha con mi rapidez. Son altos pero no tan rápidos, entonces busco atacarlos cada vez que dejan bolas sueltas. Uno de los más complicados es Diego Elías, que es alto y rápido. 

Todos tenemos en el squash un jugador referente. ¿Cuál es el suyo?

Siempre he admirado mucho a Arm Shabana. Cuando estaba pequeño me gustaba bastante la forma de juego de Jonathan Power.

Después de todo su recorrido, ¿qué cree que le falta a los entrenamientos en Colombia?

Creo que falta más competencia a nivel internacional. Nuestros entrenadores deben competir más en los torneos nacionales, porque hay muchas experiencias que solo se adquieren en la cancha. Aunque se ha mejorado en la capacitación de los entrenadores, estos tienen que tener una mentalidad más abierta a aprender nuevos estilos de juego y las mejores metodologías para enseñarlo.

¿Con qué tipo de raqueta juega? ¿Qué encordado usa y cuál es su tensión preferida?

Estoy jugando con cuerdas Tecnifibre y una raqueta Head Radical 135 Slimbody. Hasta hace un par de años jugaba con 27 libras de tensión. Pero un día probé la raqueta de Gaultier y me di cuenta de que jugaba con 18 libras. Hay una tendencia entre los jugadores del circuito PSA a jugar con tensiones bajas, para que la bola tenga más potencia sin emplear tanta fuerza. Entonces comencé a bajarle a la tensión del encordado y actualmente juego con 24 libras.      

Finalmente. ¿Cuáles son hasta el momento aquellos triunfos que más recuerda, esos que lo han reconfortado y que son los más importantes en su carrera?

La medalla de oro en los Juegos Panamericanos del 2015 y la medalla de oro en los Juegos Nacionales de 2019. Fue una final inolvidable con Miguel Ángel, me sentía en un estadio, no olvido el entusiasmo de la gente. Y, como lo transmitieron por televisión, me llamaron a felicitarme hasta mis amigos del colegio. Yo soy muy amiguero, creo que eso es una de las virtudes que resalto de mi personalidad.*   

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Juan Camilo Vargas estará atento a sus comentarios y preguntas en el correo:

columna@squashcolombia.org

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